Nuestras recomendaciones, ruta y consejos de comida para disfrutar de unos días conociendo el archipiélago de Chiloé en Chile.
Cuantos días? De 3 a 6 días
Imprescindible: Alquilar un coche
Tops del lugar: relax, ruta gastronómica, paisajes espectaculares y pingüineras
De Chile esperábamos, sobre todo, sus imponentes paisajes montañosos y los viñedos que proveen uno de los mejores vinos del mundo. Sí, para cualquier catalán que viaje durante bastante tiempo, acercarse a una tierra de vinos es una experiencia necesaria, así que visualizábamos Chile como un paraíso donde probar los deliciosos Carmenere, vino hecho a partir de cepa americana que sobrevivió a la filoxera que aniquiló el cultivo de vino en toda Europa durante el siglo XIX. Lo que no esperábamos encontrar era una pequeña Escocia, donde disfrutar del marisco recién llegado del mar, de unos paisajes con todas las tonalidades de verde imaginables y de una gente que nos robaría el corazón de por vida.
Descubre las encantadoras iglesias de madera
Chiloé es una pequeño archipiélago en el centro de Chile. Con el cambio de milenio, la UNESCO reconoció 16 de sus coloridas iglesias de madera como Patrimonio de la Humanidad. Su particular arquitectura es fruto del sincretismo entre la cultura huilliche, la española y las ideas religiosas de los evangelizadores jesuitas. Los edificios se construyeron entre los siglos XVIII y XX para convertir a la población indígena y damos fe de que lo consiguieron.
Se llega en ferry desde la cercana población portuaria de Puerto Montt. Aunque prescindible, puede usarse como lanzadera para alquilar un coche, sin duda el mejor sistema para recorrer el territorio. En el aeropuerto encontrarás las casetas de todas las compañías de alquiler de coches, dónde recomendamos llegar con una reserva hecha, pues suele haber mucha demanda. Nosotros lo alquilamos a una pequeña empresa dirigida por Luís Alarcón (56956471680).
Ruta gastronómica chilota
Chiloé bien puede ser desde una experiencia sofisticada a un acercamiento al mundo rural y tradicional chileno. Una de las mejores experiencias de la isla es tomar contacto con su orgullosa población, amables hasta decir basta. Si te acercas a preguntar a alguién, probablemente no dude en sentarse contigo a charlar largo y tendido y dejar pasar el tiempo bajo un cielo siempre amenazante.
Recomendamos encarecidamente la visita a todos los mercados que podáis, especialmente el de Castro y Ancud, donde podéis encontrar marisco de primera calidad y a un precio tan económico que os parecerá una broma de cámara oculta. Los quesos tradicionales y las algas son también productos locales que merece la pena provar, siempre, claro está, acompañado de un vino que podéis comprar en las ‘botillerías’ (amamos esas derivaciones de palabras tan chilenas…).
Las compras del mercado reservadlas para la cena y dejáos llevar por los sentidos hasta encontrar un restaurante donde comer un curanto al hoyo, la impresionante cazuela de mariscos y caldo de pescado que durante la temporada alta se suele cocinar en una olla de hierro bajo el suelo. Si no visitáis Chiloé durante los meses fuertes, no sufráis: encontraréis su plato estrella en los restaurantes de la lonja de Dalcahue.
Pasa la noche en contacto con la naturaleza
En los últimos años se ha comenzado a desarrollar una industria turística de calidad, preocupado por mantener y salvaguardar de la especulación salvaje los entornos naturales de una isla que vive principalmente de la industria pesquera del salmón, de la que hablaremos en otro post (porqué TELA MARINERA).
La mejor manera de disfrutar de esta isla es escogiendo un buen hotel donde relajarse después de recorrer los verdes parajes y acantilados que te evocarán a Galicia o Escocia, pasear en barco entre las colonias de pingüinos o salir a alta mar para avistar ballenas.
Nosotros estuvimos en el RÍO BRAVO LODGE, a cinco minutos de la capital: Castro. Es un interesante proyecto ecohotelero regentado por el manchego Miguel Ángel (por cierto, encantador), que ha transformado un cerro en un verdadero paraíso natural. Tiene 9 cabañas muy confortables, bien equipadas, íntimas ¡y con piscina propia de agua caliente! Vaya, ideales para hacer una escapada romántica con la pareja o pasar unos días en familia. El lugar está pensado para sacar buen provecho del entorno: hay carteles para descubrir todas las variedades de plantas y pájaros locales, áreas verdes, un camino que recorre un precioso río lleno de truchas… ¡y un puente flotante de madera para entrar al bosque!
Aparte de la gran comodidad, lo que más nos gusto del proyecto fue la absoluta conciencia ambiental con la que se construyeron las cabañas: toda la energía generada proviene de las placas solares y el agua se recoge del río cercano. 100% sostenible. Es fácil pensar que quieres pasar allí una sola noche, pero cuando llegues no te querrás ir.
Si quieres reservar en PARQUE NATURAL RÍO BRAVO LODGE o cualquier otro hotel de Chiloé en BOOKING, utiliza nuestro link de reserva. Sacarás un 10% de descuento extra y nos ayudarás a seguir viajando alrededor del mundo! Gracias mil!
Cuánto me alegro que Catalanes conozcan mis tierras, soy Chilote, Ancuditano y llevo viviendo casi 2 años en Barcelona. La verdad ha sido un cambio brutal, pero siempre logro encontrar algo que me haga recordar mi isla, como la boquería por ejemplo (aunque cuando voy pienso, «con lo que me cuesta este trozo de salmón en Ancud me compro uno completo» jaja). Siempre escucho a Gallegos jactándose de sus mariscos y pescados y yo pienso, «ojalá pudieran conocer mi isla que no tiene nada que envidiar». Nada se compara a las ferias y mercados que cuando entras sientes ese olor de todo fresco, recién salido del mar.
Que siga todo bien en el viaje, un abrazo y gracias por mostrar al mundo un poco de mis raices.
Muchas gracias por leernos, escucharnos y dejarnos tu mensaje, Sebastian! Realmente disfrutamos en Chiloé y le tenemos un gran recuerdo. Es uno de los lugares donde comimos mejor en todo América! Se nos hace la boca aguaaaa! 😉
Un abrazo grande!
Andreu y Joan
Realmente fue un placer tenerles alojados aquí, un abrazo grande y nos vemos en Barcelona.